¡Es tan misterioso el país de las lágrimas…! Muchas veces parece que lloramos por cualquier motivo externo y esa es la imagen que estamos lanzando al exterior, pero lo que verdaderamente sucede, es que nos sentimos tremendamente tristes por alguna causa interior que seguramente no queremos reconocer y que está tan dentro de nosotros que como un abismo insondable nos hace continuamente daño. No es bueno guardar nuestro dolor en lo más hondo de nuestro ser e intentar olvidarlo, no se puede, enfréntate a él y libera tu alma.
Te preguntarás como puedes hacerlo, pues yo creo que lo primero es reconocer lo que verdaderamente te duele y luego intentar subsanarlo. Si crees que necesitas ayuda pídela, siempre habrá alguien de tu confianza dispuesto a escuchar, pero si sientes que es más fácil contar tus secretos a alguien que no conozcas debes acudir a un profesional, recuerda que no estás solo en tu dolor y que hay muchas personas que sufrieron igual que tú hasta que decidieron pedir ayuda.
Si quien te está haciendo sufrir o te hizo sufrir en el pasado está en este mundo nuestro, debes decírselo, porque quizás esa persona no lo sepa, y si no puedes, habrás de enviarle una carta en la que expliques todo lo que sientes y el daño que te hizo, pero por favor, no pongas reproches, solo cuenta como te sientes e invita a esa persona a que te explique sus razones. Este es el momento en el que comenzarás a sentirte libre, ya que estás sacando tu dolor, ese dolor que de quedarse dentro, posiblemente hará que enfermes.
Si piensas que no puedes acceder a esa persona, debes escribir la carta igualmente, pues no lo estás haciendo por ella sino por ti, la escribes y la guardas, pero si te da vergüenza el hecho de que alguien la pueda leer, consérvala durante un mes y luego la destruyes, ya habrá cumplido su misión….
Si la persona que te hizo sufrir ya no está con nosotros, ten por seguro que conoce lo que hizo y comprende, pero aún así has de escribirle tu carta, escribe todo lo que se te ocurra, las primeras ideas que nos vienen a la cabeza son las más importantes, y si no quieres conservarla, pasado un mes la puedes destruir, recuerda que estás haciendo esto por ti y por tu salud.
Nos pasamos el día juzgando a las personas por su apariencia pero nunca escuchamos lo que dicen y mucho menos escuchamos lo que quieren decir, que no es lo mismo.
Pero tampoco debes valorar a nadie por lo que dice, sino por lo que hace, pues muchas veces lo uno no se corresponde con lo otro, puede ser que aquellos que más te adulan, no estén cuando los necesites y que aquellos que te parecían más serios o más distantes, estén a tu lado en los momentos más difíciles.
Queremos que los demás nos comprendan, pero cuando conocemos a alguien o hablamos con amigos les hacemos preguntas aprendidas de antemano que recitamos sin pensar, hasta conocemos la respuesta del otro, que a su vez, también la tiene adquirida… lo que deberíamos hacer quizás es interesarnos por las cosas que le gustan o que le gustaría hacer, conocer como está viviendo las experiencias que la vida le ofrece en este momento, lo que siente o si necesita ayuda con algún proyecto…
Algunas personas pasan su vida repitiendo siempre las mismas cosas, las mismas acciones como una rutina de gimnasio y se sienten cómodas con eso, no han de pensar mucho, se levantan, trabajan, comen, duermen y se vuelven a levantar…
Tu mundo puede ser tan pequeño o tan grande como tú desees, es muy fácil hablar con los demás sobre temas normales: deportes, política, el tiempo…pero la dificultad comienza cuando intentas comunicarte. Puedes vivir solo mucho tiempo aunque estés rodeado de gente con la que hablar pues puede ser que pocas veces encuentres a alguien con quien conversar y con el que puedas ser tu mismo, ser entendido y expresar lo que verdaderamente es importante para ti sin que parezca una tontería, un contrasentido o una auténtica barbaridad infantil.
Nos pasamos la vida exigiendo cosas a los demás y a nosotros mismos, cosas que a veces son muy difíciles. Hemos de exigirnos y de exigir a cada uno lo que cada uno pueda hacer. Y no pretender juzgar a nadie y si esto sucediese, empieza por ti mismo, es lo más difícil, pero si lo haces bien conseguirás ser un poco más sabio.
Otra clase de personas son las que no paran de hablar sobre sí mismas y no pueden escuchar, y aunque a veces parezca que lo hacen, es solo una fantasía, vienen a tu casa y se pasan horas contándote su vida, la cual “adornan” mucho, luego, cuando callan porque necesitan tomar aire, vas tú y aprovechando la ocasión te decides y te dices a ti mismo: “Ahora es el momento” y cuando hablas parece que las palabras salen de tu boca, pero no es así, porque son ellos que se han adelantado otra vez, han tomado aire y están hablando de nuevo, luego, como sin darle importancia, te preguntan: “y tu ¿Qué tal?” y te dices a ti mismo: “¡Por fin!”, pero es solo un espejismo, entonces dan una excusa, dicen algo así como que tienen mucha prisa y sin más…se van… aunque no te preocupes…luego vuelven…
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