Me gustaría ir añadiendo algunas entradas que vayan aclarando mi visión del Tarot. Para ello creo fundamental empezar por lo más básico y es la respuesta a una pregunta: ¿qué es el Tarot?.
Puede que muchos ya lo sepan, pero a lo mejor otros no tanto, así que, aun a riesgo de parecer algo aburrida, empiezo por el principio.
Por Tarot mucha gente entiende adivinación del futuro por medio de unas Cartas. Sin embargo yo no creo que esto sea exactamente así. Al menos, no considero ésa su función principal, pero, vayamos por partes.
El Tarot propiamente dicho (ya iremos viendo que no es el único Oráculo con cartas, pero sí parece la base) está formado por una baraja de 78 cartas con figuras simbólicas. De estas 78 cartas, 22 son conocidas como los Arcanos Mayores, y 56 como Arcanos Menores. Para quien quiera saber (y todavía no lo sepa) lo que significa la palabra Arcano, diré que es “misterio”; y es que el Tarot emplea símbolos, y eso encierra misterios, y por supuesto hace preguntas sobre el gran misterio de la vida. Quiero pensar que ésa es la razón del nombre.
Cada uno de los Arcanos Mayores cuenta con una simbología que podríamos considerar como arquetipos. Las 56 cartas restantes (los Arcanos Menores) se dividen a su vez en cuatro palos distintos, que podrían equipararse a los cuatro palos que tiene cualquier baraja (especialmente la española): Copas, Oros, Bastos y Espadas (denominaciones que cambian según los autores; así, en vez de hablar de “bastos” puede mencionarse la palabra “varas”, o bien en lugar de “oros” se dicen “pentáculos”, etc:, pero la base sigue siendo la misma). Cada palo de estas 56 Cartas se compone de 14 que van desde el As, hasta las figuras conocidas como Sota o Paje, Caballo o Caballero, Reina y Rey.
En el Tarot se da una fusión de arte y filosofía muy interesante y atractiva. Tengo que confesar que las cartas me gustan. Me agrada tocarlas, barajarlas y obtener con ellas algún tipo de consejo, así como algún tema sobre el que meditar. Y aquí, ya dejo entrever que mi visión no va a ser la mera adivinación de un futuro siempre incierto, sino la comprensión de los avatares de la vida.
Hay que advertir que no todas las cartas que actualmente se pueden comprar en cualquier establecimiento dedicado a ellas son cartas del Tarot. Existe un gran abanico de diversidad que muestran cartas conocidas como Oráculos y que no siguen necesariamente el formato del Tarot, ni en el número de cartas ni en el significado de las mismas. Algunas son variedades del Tarot y muy semejantes a él, pero otras sencillamente son distintas, y sus utilidades pueden ser la misma o totalmente diferente. Están abiertas a multitud de posibilidades para aquellos que desean conocerlas.
Yo tengo una variedad grande. La información que aportan para meditar y valorar situaciones difiere mucho de unas a otras, y, de alguna manera, sé cuándo utilizar una u otra, y su mensaje me ayuda a comprender, discernir, tener una visión más amplia, no necesariamente la solución final. Pero a través de ellas aprendo a ser mejor persona… y eso, considero yo, es algo a valorar…, y mucho.
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Isabel Silva 938184157
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