Quitarse una brujería con éxito dependerá principalmente de saber mediante qué hechizos uno ha sido trabajado.
Quitarse una brujería no es una meta imposible, de hecho puede resultar hasta sencillo, pero todo el éxito dependerá de saber mediante qué tipo de encanto uno ha sido afectado. En algunos casos quitarse una brujería se hace fácil pues uno tiene pruebas evidentes, como por ejemplo encontrar algo enterrado, tierra u objetos en las puertas o la propiedad, muñecos, paquetes extraños, botellas, dibujos y otros signos evidentes de un trabajo.
En otras ocasiones, quitarse una brujería de encima se torna más difícil ya que no sabemos qué clase de cosa se ha realizado. Por lo general hay “hechizos tipo” y uno debe concluir en ellos. Por ejemplo, si lo que comienza a funcionar mal es el amor, sabremos que hay una serie de “hechizos tipo” que se realizan para que tengamos mala fortuna en este aspecto, lo mismo para el dinero, el trabajo, la salud, la sexualidad, etc.
Una de las formas más comunes, habituales y difundidas de lanzar un hechizo, es mediante los pies de la persona, es decir, la persona afectada debe pisar, caminar o cruzar sobre un embrujo determinado, y una vez establecido esto, quitarse una brujería realizada de esta forma será más sencillo.
Una de las características distintivas de los hechizos es la creencia muy extendida de que “entra por los pies“, una sustancia o veneno mágico que entra a la víctima a través de sus pies, causando una enfermedad antinatural.
Muchas víctimas de estos hechizos de pisada se quejan de la mala suerte persistente que dura años, de perturbaciones mentales, como “una mente errante“, o de la incapacidad para obtener y controlar el dinero o el amor. Un número significativo también describen piernas y pies hinchados o dolorosos, marcha vacilante, o ser forzado a arrastrarse en lugar de caminar. Sus síntomas más frecuentemente corresponden a lo que la medicina moderna llamaría “un edema”.
La mayoría de los “hechizos por los pies” se dividen en dos categorías generales.
En el primer grupo, que podríamos llamar “de vía directa“, se colocan polvos, raíces, piedras, marcas de tiza o pintura, hechizos enterrados de botellas, etc. Es “poner” en un patrón, línea, marca, de modo que la víctima camine sobre ella y sea afectado a través de los pies. Esta es una de las formas más antiguas, poner algo debajo para que se pise o se cruce y está más orientado a que produzca problemas de salud de lo que es para afectar a la vida de la víctima en el amor, el dinero, o la suerte.
En la segunda categoría, que podríamos llamar “hechizo por simpatía“, las huellas de una persona, calcetines, zapatos, uñas de los pies, o piel de los pies son capturados y luego manipulados de alguna manera (por lo general con polvos) para hacer un trabajo a la víctima, tal como lograr que se vaya del vecindario o de la ciudad, tenerlos bajo control en el amor o el dinero, anular su sexualidad, incompetencia para el trabajo, etc.
Este tipo de trabajos con los pies se denominan “cruces”o “cruzados” y en este segundo grupo aunque no haya marcas reales que la víctima deba pisar o atravesar, el trabajo simpático se representa bajo la denominación de “cruzado”.
En el primer grupo, en el que hay que pisar o atravesar algún tipo de marca, lo habitual es encontrar una X en un círculo, o una serie de líneas onduladas, como si fueron pequeñas serpientes, que pueden ser dibujados con tiza o rociados con un determinado polvo en la trayectoria de la víctima, y generalmente estos patrones se activan escupiendo sobre ellos y maldiciendo la persona destinataria del embrujo. Si bien este tipo de hechizos tiene un destinatario concreto y las personas inocentes y ajenas no deberían verse afectadas por cruzar o pisar el hechizo, pueden darse casos de ser afectados en menor medida, por lo que siempre es recomendable evitar pisar en el suelo cualquier tipo de anomalía que se encuentra en el camino, sobre todo si son marcas evidentes.
En muchos casos quitarse una brujería de este tipo se vuelve más complicado pues la persona no recuerda haber pisado nada extraño, ya que en ocasiones no se utilizan marcas sino que simplemente se espolvorean algunos polvos. Un preparado clásico para este tipo de brujería es mezclar goma arábiga, azufre, cáñamo, tierra de cementerio, algún tipo de excremento y hasta pieles disecadas de serpiente, sapo, telas de arañas, etc.
Este tipo de hechizos a veces se realizan no necesariamente con marcas que deban pisarse o cruzarse, en ocasiones se toma algún objeto personal de la víctima, se lo espolvorea con las sustancias y se lo deja “casualmente en el camino” para que la víctima lo recoja, como bien podría ser un pañuelo, una cartera, un bolígrafo, etc.
En el segundo grupo de los “hechizos simpáticos” quizás el método más antiguo y tradicional es usar un papel para levantar y recoger la suciedad de la huella de la persona a la que se desea hacer daño. A continuación, la huella capturada se mezcla con ciertos polvos o sustancias y se arroja a un curso de agua sin mirar atrás por encima del hombro izquierdo. Este es uno de los rituales más utilizados para lograr que alguien nos deje en paz o incluso se vea obligado a irse de la ciudad. Si no existe una corriente de agua se puede arrojar a un drenaje o a un inodoro y el papel se quema luego con la llama de una vela negra.
Otra forma muy antigua consiste en localizar una impresión clara de la huella del pie del enemigo en la tierra y luego golpearla con un látigo o un palo mientras se maldice a la persona. Esto se cree que es tan efectivo como hacer un muñeco representando la persona y dañarlo.
Quitarse una brujería de este tipo, sea del primer o segundo grupo, consiste primariamente en un trabajo de prevención. Muchos de estos trabajos se pueden anular rodeando la marca con un círculo de ladrillo en polvo rojo, o protegiendo una zona como puede ser la casa o el lugar de trabajo trazando una línea con el ladrillo rojo en polvo para de este modo defender y proteger el lugar y anular el trabajo de los que practican esta clase de brujería malévola.
En el caso de los hechizos simpáticos, donde por ejemplo se toma una media o un zapato de la persona y se lo espolvorea con los ingredientes de modo de causar el mismo efecto que si la persona que caminase o atravesara la marca embrujada, se pueden lavar estos elementos para limpiarlos con una mezcla de agua bendita, sal y hierbas de ruda.
Cuando este tipo de hechizos se realizan con fines amorosos, lo normal es encontrar los objetos que se han utilizado, y quitarse una brujería de esta clase se hará simplemente quemando los elementos.
Un hechizo clásico de amor se hace tomando la media izquierda de un hombre y la media derecha de una mujer y anudándolas entre sí, escondiéndolas bajo la cama de la persona que se desea afectar. Esto bien podría llamarse un amarre y no solo es para romper una relación, también puede utilizarse para que una persona sea fiel y sumisa a la otra. Como sea, el quemar los elementos ser el procedimiento para quitarse una brujería de esta clase.
Otro hechizo común de este tipo es colocar dentro del zapato de la persona que se desea dominar, una hoja de violeta en forma de corazón en la que se ha escrito nueve veces el nombre de la persona que desea ser la dominadora. Encontrar el quemar la hoja de la planta será la solución.
La mayoría de procedimientos para quitarse una brujería “que ha entrado por los pies” consiste en realizar lavados limpiezas corporales con determinados ingredientes purificadores. También lo es llevar ciertos elementos atados en los pies o en los tobillos.
Cuando uno ha pisado o cruzado un embrujo de esta clase, se suele atar al tobillo para anular el hechizo, una moneda de plata o una serie de largas lianas de una planta conocida como “Cordón del diablo” o “zapato del diablo”. Sumergir estas lianas en una bebida alcohólica fuerte, como vodka o whisky, y pisotear varias veces la marca con las lianas atadas al pie para romper el maleficio. Una moneda de plata bañada en agua bendita y atada al tobillo también provoca la anulación del embrujo.
El uso de la sal, especialmente la sal marina, mezclada conjuntamente con algunas hierbas también puede provocar la anulación del efecto maligno, ya sea rociándola sobre la marca como dándose un baño purificador, o lavando la ropa personal.
Podríamos resumir que quitarse una brujería no es la parte difícil del problema, sino que la complicación reside en saber qué clase de trabajo se ha realizado, en encontrar las marcas y objetos que se han utilizado y en determinar qué circunstancia de la vida de la persona es la que ha sido afectada, ya sea la salud, la vida amorosa o la situación financiera.
Como en la mayoría de los casos los trabajos se hacen contra la voluntad de la persona, una de las partes más importantes para quitarse una brujería es la actitud y predisposición mental.
Si no somos conscientes de que nos han hecho un trabajo posiblemente el hechizo no tenga ningún efecto, pero comenzará a tenerlo de inmediato en tanto y en cuanto comencemos a darle un lugar preponderante en nuestra mente. Esto lo remarco siempre y diría que es casi la piedra filosofal de esta cuestión. Si tú encuentras un poco de tierra de cementerio en tu puerta y comienzas a dejar crecer en tu mente la idea de que ha sido embrujado, posiblemente el hechizo tenga un gran éxito.
Uno de los mayores poderes de la magia maligna reside en ello, en jugar con tu mente, en tu convencimiento, en tu sugestión.
Desde ya que los hechizos existen y pueden afectarnos aún sin que lo sepamos, pero siempre será mucho mayor el daño si fijas esa idea en tu mente. Esta diría que es la parte principal que hay que trabajar para quitarse una brujería de encima, más allá de otras soluciones concretas que utilicemos. La principal barrera de protección son tus pensamientos.
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